CULTIVANDO LA INCERTIDUMBRE
El destino parece haberse ensañado con el Perú, la protesta político social -azuzada por grupos minoritarios y demenciales-, en sí, no tiene mayor sentido, pues existen líneas rectoras en la Constitución para solucionar el tema que agudizó con su mensaje a la nación el ex presidente Pedro Castillo (7 de diciembre); la presidente Dina Boluarte –quizás con más defectos que virtudes- debe quedar en el Poder Ejecutivo hasta los comicios generales –fines de 2023 o abril 2024- y dejar a la posta a quien sea electo; el fragmentado Congreso de la República, con sus idas y venidas, debe asumir con criterio y responsabilidad su rol en estas horas difíciles; la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas deben actuar de acuerdo a las leyes vigentes y salvaguardar el orden público.
La incertidumbre y la informalidad, a las que nos estamos mal acostumbrando, producen más caos y la sociedad se subdivide de acuerdo a particulares intereses. Se pierde la todavía incipiente identidad nacional, para dar giros insospechados. Tampoco aparecen liderazgos con capacidad de razonamiento a fin de asegurar un proceso de cambio, donde se pueda sembrar, cultivar y cosechar buenos frutos; la tormentosa intranquilidad impide una construcción concreta y buscamos en el artificio la solución a graves y seculares problemas. Da la impresión que más vale promesa incumplida –encontrando desvariadas respuestas- que la honradez y la sinceridad en reconocer yerros o desaciertos o, acaso, virtudes en el contrario.
Los actos criminales cometidos por los vándalos –intelectuales y ejecutores-, dejando una estela de más de 60 muertes (incluso criaturas) y centenares de heridos-, intentos de toma de aeropuertos, bloqueos de carreteras, incendios y destrucción de locales públicos y privados, entre otros, demuestran que los atizadores de desgracias solo insisten en el caos y la anarquía, alimentando mayor pobreza y decrecimiento socioeconómico. Hay que aplicar la ley con rigor para mitigar tanta desgracia.
Estamos en tiempo del Conejo de Agua, de acuerdo al tradicional calendario chino, y hacemos fervientes votos porque la cordura retorne en el Perú y avancemos en armonía, con voluntad y dialogando, sin caer en tentaciones subalternas a fin de optimizar una vía de oportunidades sin exclusiones y con justicia equitativa.
Carlos Acat Koch
Editorialista