MÁQUINAS EXPENDEDORAS

Las retro máquinas expendedoras

Desde Japón: Rosa María Sakuda

En el Japón es muy común encontrar las máquinas expendedoras de productos, en especial de bebidas. Lo podemos encontrar prácticamente en todas ciudades, y dependiendo del movimiento de personas en esa zona, a veces se puede ver hasta en cada esquina y en filas.
Al ser un país muy moderno, las máquinas se van actualizando según va pasando el tiempo. Ahora hay hasta digitalizadas y con sólo colocar el celular o una tarjeta de prepago puede comprar productos.
Sin embargo, en la ciudad de Sagamihara existe un lugar donde aún se conservan las máquinas expendedoras de productos de la era Showa. Están al aire libre en filas mostrando cada máquina, pareciera como si estuviéramos en un museo, pero en realidad funcionan y se venden los productos como en aquella época. Es como retroceder en el tiempo, como vivir en la era Showa y disfrutar la comida o gaseosa de esos tiempos.
Este lugar es conocido como “Retro Máquinas Expendedoras”, y el prefijo retro, también utilizado en el Japón como “palabra extranjera”, evoca o imita el gusto o la moda de un tiempo pasado. Este lugar es considerado un paraíso para los amantes de las máquinas expendedoras e incluso para los aficionados que tienen curiosidad de ver cómo eran estas máquinas en la era Showa.
Mucha gente viene desde ciudades lejanas solamente para visitar este lugar, si vemos las placas de rodaje (matrículas) de los vehículos, muchos son de las prefecturas vecinas a Kanagawa. Muchos otros de la zona, también llegan para visitar estar lugar y probar una que otra comida o bebida. Por suerte, personalmente, lo tengo solamente a 10 minutos en carro desde mi hogar y cuando hay oportunidad voy a comprar algunas comidas o gaseosas tratando de imaginarme cómo era en ese tiempo ya que son muy antiguos para haberlo utilizado antes.

Historia de retro máquinas
Estas máquinas le pertenecen al dueño de una compañía de venta de neumáticos. Él manifiesta que un comienzo las coleccionaba como un hobby, pero desde el 2016 comenzó a arreglar las máquinas para que funcionen y decidió colocarlas en una esquina para que las personas que venían arreglar las llantas tuvieran un lugar donde esperar.
Es así cómo nace este lugar que ahora se ha vuelto muy popular. El dueño dice que todas las mañanas se despierta al amanecer para poder abastecerlas. Sin embargo, en los últimos meses, tiene tanta demanda que en las tardes prácticamente la mayoría de los productos ofrecidas ya están vendidos.

Comidas y bebidas
En estos días decidí ir a las retro máquinas expendedoras comprar algunas comidas y bebidas. Las comidas populares son soba, ramen, tostadas con jamón y queso, hamburguesas, papas fritas con queso y gaseosas, y las típicas botellas de vidrio de Coca Cola o Pepsi.
Al estar frente a la máquinas y verlas tan antiguas, uno se pregunta “ ¿En realidad estas máquinas operan? , entonces, colocamos monedas para ver cómo salen los productos. Primero, probé con la sopa soba, y el sonido antiguo de la caída de la moneda por la ranura, empezando a funcionar la máquina y mostrando incluso los segundos que faltaban para que aparezca lo solicitado.
Después de unos pocos minutos, salió la sopa soba super caliente, al lado los palitos de madera. Otros pedidos fueron las tostadas, la hamburguesa, las papas fritas, entre otras, que emergían sucesivamente, unas calientes y envueltas manualmente como en épocas antiguas, mientras iba colocando las monedas.
Las gaseosas clásicas usan un sistema diferente donde no caen automáticamente, sino que al colocar las monedas se tiene que abrir la puerta manualmente y jalar la botella.

Lugar para mayores y jóvenes
Este lugar es visitado por personas mayores donde expresan que es una nostalgia ver estas máquinas de la era Showa y para los jóvenes representa algo nuevo, donde la modernidad actual y las máquinas retro los hace aprender cómo funcionaban antes y sobre todo cómo eran los productos de aquellos tiempos. Cuando estamos allí, podemos ver grupos de jóvenes ansiosos por comprar y ver a personas mayores que compran recordando su tiempo.