PROBLEMAS DE APRENDIZAJE EN LA NIÑEZ

Reflexiones de especialistas tusan

En el afán de la gestión educativa, la Asociación Peruano China (APCH) desarrolló el tema del aprendizaje en los niños, mediante sus plataformas virtuales e invitó a dos reconocidos especialistas tusan, la doctora en Piscología Ana Maria Castañeda Chang y al neuropediatra Daniel Koc Gonzales.
Ante los casos de bullying en niños y adolescentes, que se vinen registrando, Castañeda Chang, dijo que en estos tiempos una de las características que se ha detectado y que no se están observando en colegios, actividades sociales y familiares, es la indiferencia.
“El que un compañero o condiscípulo esté dentro de una conversación y que venga otro y lo saque del grupo, que en el recreo el escolar esté solo porque no le dan espacio o que de repente cuando están en grupos de trabajo se junten solo los más allegados, todo eso es un tipo de agresión”, destacó.
Sostuvo que si bien la forma más llamativa del bullying es la agresión, los golpes, los insultos, algo que hoy en día debe mantenernos alertas es esta violencia que es mucho más sutil y que no la vemos. Es una violencia camuflada. Dijo que no basta decirles a las víctimas de bullying que hagan como si no pasara porque, muchas veces, esa habilidad no es suficiente ya que sobrepasa su capacidad de tolerancia y de aguante. Entonces, es importante trabajar el desarrollo de habilidades de respuesta.
Agregó que la tarea de los padres es educar y en ese proceso es indispensable que les inculquen a sus hijos la integración de todos sus compañeros. “A ninguno se le deja de lado, todos tienen que ser integrados”, puntualizó Ana María.
“Lo menos que tenemos que pedir es convivencia y un factor muy importante que debemos desarrollar en los niños y adolescentes es la empatía, con el fin de saber qué es lo que puede estar sintiendo una persona víctima de bullying”, enfatizó. Precisó que el bullying es una problemática que no se puede dejar de tratar, tiene que ser constante y es un trabajo continuo entre los profesionales de los colegios y los padres: “No puede haber tolerancia con respecto al bullying”, sentencia.
Cuáles son los síntomas más visibles: Dificultad para despertarse, No querer participar en reuniones; Pretextar dolores sin explicación física; Verbalizar que prefiera trabajar solo; inapetencia; y, Baja tolerancia a la frustración. Cuáles son las consecuencias: Baja autoestima; Dificultades para las habilidades sociales; Ansiedad; Depresión; Aislamiento social; e, idealización suicida.
Por su parte, el pediatra Daniel Koc Gonzales, subespecialista en neuropediatria, se refirió sobre los peligros del abuso de la tecnología, sobre todo entre los niños y adolescentes, agregando que poco se mencionan sus reales consecuencias y las medidas que deben tomarse para remediar la situación y que “los padres deben asumir complemetamente la responsabilidad en la crianza”.
“A los pediatras no solo nos interesa lo patológico, sino también la puericultura. Dentro del desarrollo del ser humano realmente son pocos los sistemas que cambian mucho, entre ellos el sistema inmune y el nervioso. Esos son los que más cambian y los que diferencian a los niños de los adolescentes y de los adultos. En particular, el sistema nervioso durante millones de años se ha ido perfeccionando para realizar determinadas tareas, desarrollando la visión, el olfato, las capacidades físicas. Todo en función a una necesidad. Así se han ido seleccionando los genes que necesitamos para sobrevivir. Sin embargo, en el último siglo la tecnología ha tenido tal desarrollo que ahora el humano recibe estímulos muy diferentes y sus necesidades, incluso las biológicas, han cambiado”, puntualizó.
“El cerebro humano es un órgano muy especial, tanto que termina de madurar fuera del útero. Tras el nacimiento se suscitan una serie de cambios importantísimos y el sistema nervioso empieza a desarrollar conexiones sinápticas entre neuronas, modelándose en función de los estímulos de alrededor. Se necesita estimulación, el contacto con los padres, que conversen con el bebé. Pero también necesitan aprender a moverse, desarrollo del sistema locomotor. El problema es que la tecnología cambia los estímulos. Y cuando estás expuesto a la tecnología (las pantallas) de manera precoz, el tiempo con la familia, con quien lo cuida, es menor. Esto tiene repercusiones muy serias. Por eso hay directivas que señalan que antes de los 2 años los pequeños no deben ser expuestos a la tecnología.
Evitar el acceso a las pantallas y otra tecnología para niños menores de 2 años es una norma. Incluso, después de los 2 años, la TV debe estar restringida a una o dos horas, a lo mucho, pero con programas muy bien seleccionados. En Francia, por ejemplo, los programas para bebés han sido prohibidos. “No podemos reemplazar la actividad física por Internet o los videojuegos. Se tiene que buscar la naturaleza, salir a los parques, fomentar la socialización con otros niños. Aunque no es solo un tema de infantes, sino también de adolescentes, pues el neurodesarrollo continúa”.

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