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Desde Japón para niños peruanos

Foto: Embajada de Japón en Lima 

El japonés Jesse Katayama, natural de Nara, se convirtió en una imagen icónica al ser el primer visitante extranjero en visitar la ciudadela de piedra Macchu Picchu, tras una espera de siete largos meses y de residir en Cusco por el tema de las restricciones sanitarias motivadas por la Covid-19.
En ese espacio de tiempo, impedido de viajar, cultivo la amistad de los residentes con su simpatía y deseos de aprender las costumbres cotidianas. Actualmente es embajador honorífico de la capital arqueológica de América en su suelo natal, y desde allá lleva adelante su proyecto Machu Picchu, alentando la visita de sus connacionales y motivando donaciones para niños andinos, entre otras ámbitos.
Y en el marco de la pasada Navidad, reapareció en Cusco llevando regalos a más de medio millar de criaturas y adolescentes cusqueños, entregándoles también camisetas y útiles escolares; asimismo, repartió donativos en Puno y Tacna, las cuales también recorrió durante su estancia. Amor al prójimo, más allá de las fronteras.

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