Cada año, China celebra el Festival Qingming, una fecha que combina el Festival del Día de la Comida Fría y el Día de Barrido de Tumbas, ofreciendo a las familias la oportunidad de rendir homenaje a sus ancestros. En esta jornada, que generalmente cae el 5 de abril según el calendario gregoriano, los cementerios se llenan de visitantes que, con devoción, limpian las tumbas, encienden incienso y dejan ofrendas como papel moneda, flores y alimentos, símbolos de respeto y recuerdo.
El significado de Qingming, que se traduce como “claridad pura”, encapsula el cambio de estación: la despedida del invierno y el renacer de la primavera, cuando la naturaleza florece y la vida se renueva. Más allá de su aspecto ritual, la esencia de este festival radica en la conexión con el pasado, reflejando la creencia de que los seres queridos fallecidos permanecen vivos en la memoria de sus descendientes.
Qingming es, al mismo tiempo, un acto solemne y una celebración de la vida, un momento para reflexionar sobre la historia familiar y valorar las tradiciones que han sido transmitidas de generación en generación. A través de este ritual, se fortalece el vínculo entre los vivos y aquellos que les precedieron, asegurando que sus legados perduren con el paso del tiempo.
SOCIEDAD PUN YUI
Fotos: Vicente Caballa Nina
En un ambiente cargado de solemnidad y profundo respeto, se llevó a cabo la tradicional conmemoración en el altar de Kuang Tai Kung, donde los directivos, portando varillas de incienso, rindieron homenaje como señal de reverencia. Posteriormente, la ceremonia continuó en el Salón de los Difuntos, espacio donde se honró la memoria de los ancestros conforme a las enseñanzas de Confucio, con especial énfasis en la piedad filial.
Como parte del ritual, se presentaron varios cerdos asados en ofrenda, los cuales, una vez bendecidos, fueron repartidos entre los asistentes, reforzando el sentido de comunidad y gratitud que caracteriza esta celebración. Este evento no solo evoca el respeto por las generaciones pasadas, sino que también fortalece los lazos de tradición y valores que perviven a lo largo del tiempo.
CENTRO CULTURAL PERUANO CHINO
Fotos: CCPCh / Villa Tusan
En un emotivo gesto de respeto y tradición, el Centro Cultural Peruano Chino se sumó a la conmemoración del Festival Qingming.
Durante la celebración, los socios llevaron consigo fotografías de sus antepasados, rindiendo homenaje a su memoria con solemnidad y gratitud.
La jornada estuvo marcada con una Santa Misa de fe y valoración, celebrada por monseñor Adriano Tomasi, OFM, en la Capilla, un espacio de recogimiento donde los asistentes elevaron oraciones por sus familiares fallecidos. Posteriormente, en el Santuario, se llevaron a cabo rituales inspirados en las costumbres chinas, entre ellos la presentación de alimentos y la quema de incienso, símbolos tradicionales de respeto y conexión directa entre el mundo espiritual y material.